se fragua entre sus fauces.
Las casas ya no sirven y el invierno,
taimado y poderoso, orquesta su venganza.
No existe escapatoria pues la tundra
inunda cada plaza.
Aquellos que resisten congelan sus miradas.
Sus vidas son de piedra y en sus sueños
se entregan al vacío de la escarcha.
Santiago Cabrera Márquez
Sabes que es uno de tus mejores poemas, ¿verdad? :)
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