Soy yo: el calor de tu cuerpo en llamas. Soy yo: una colisión de la que amas arrepentirte. A lomos del cometa extraviado, yerro, orbito la nada. ¿Recuerdas que Prometeo, de niño, ya jugaba a esconder los tesoros de Apolo? No digas que no soñaste con ser su secuaz. Eres tú: el cómplice de la noche. Eres tú: el vaho que exhala mi alma.
Soy yo: el calor de tu cuerpo en llamas.
ResponderEliminarSoy yo: una colisión de la que amas arrepentirte.
A lomos del cometa extraviado, yerro, orbito la nada.
¿Recuerdas que Prometeo, de niño, ya jugaba a esconder los tesoros de Apolo?
No digas que no soñaste con ser su secuaz.
Eres tú: el cómplice de la noche.
Eres tú: el vaho que exhala mi alma.
Halaaaaa! Me encanta este comentario/regalo/poema! Hace que merezca la pena el poema comentado, el blog y todo lo demás.
ResponderEliminarMmm, y el anonimato contribuye al misterio y al enigma. A la belleza del poema tal vez.
"¿Quién eres?, que aunque yo aquí
tan poco del mundo sé
que cuna y sepulcro fue
esta torre para mí"